martes, 31 de enero de 2012

La Guerra de las Galaxias


"Hace mucho tiempo en una galaxia lejana, muy lejana..."
En mayo de 1977 se estrenó en EEUU una película que se transformaría en un hito en la historia del cine, no sólo por llegar a ser una de las películas (y posteriormente una de las franquicias) más exitosas de todos los tiempos, sino por sus innovadores y revolucionarios efectos especiales, muchos de ellos precursores de la tecnología digital que actualmente gozan la gran mayoría de las películas de la industria. Me refiero por supuesto a La Guerra de las Galaxias (Star Wars en inglés), que posteriormente fue llamada además con el subtítulo Episodio IV: Una Nueva Esperanza. ¿Pero qué tiene de especial una película de aventuras espaciales pensada principalmente para el desaparecido horario matineè? Quizás la mezcla de diversos elementos de imaginería y fantasía, junto con una buena y simple historia, y los ya mencionados efectos especiales, son los que produjeron que una “simple película de aventuras espaciales”, se convirtiera en un fenómeno mundial.

La fórmula en cuestión es simple: un joven granjero sin mayores posibilidades en la vida más que heredar la granja de su tío, decide acompañar a un viejo y misterioso ermitaño (que luego se revelaría como un antiguo Caballero de una extinta orden de guardianes de la paz y la justicia), a rescatar a una princesa de las garras de un malvado Caballero Oscuro y su tiránico Imperio, y en el camino se une a la rebelión que lucha contra dicho Imperio. Así como suena esa descripción, podría ser perfectamente una historia ambientada en el Medioevo, como las de Camelot o Robin Hood, y es esa fórmula de Lucas, de mezclar historias clásicas con la ciencia ficción, lo antiguo con lo nuevo, lo que hace tan especial a La Guerra de las Galaxias.

Título Original Star Wars 
1977 - EEUU - 121 min. - Ciencia Ficción, Acción, Aventura
Dirección George Lucas  Guión George Lucas  Cinematografía Gilbert Taylor  Montaje Paul Hirsch, Marcia Lucas y Richard Crew  Música John Williams 
Producción Gary Kurtz para LUCASFILM LTD.
Reparto Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Peter Cushing y Sir Alec Guinness.
David Prowse, James Earl Jones, Kenny Baker, Anthony Daniels, Peter Mayhew, Phil Brown y Shelagh Fraser.


Palmarés 7 Premios de la Academia (Banda Sonora, Montaje, Dirección Artística y Decorados, Vestuario, Sonido, Efectos Especiales y Premio Especial a los Efectos Sonoros); 1 Globo de Oro (Banda Sonora); 2 BAFTA (Sonido y Banda Sonora); 1 Premio Grammy (Album de Banda Sonora Original); 1 Premio Hugo (Mejor Presentación Dramática); y 9 Premios Saturn (Mejor Película de Ciencia Ficción, Director, Guión, Actor de Reparto -Alec Guiness-, Música, Vestuario, Maquillaje, Efectos Especiales y Edición)


Escrita y dirigida por George Lucas (American Graffiti,1973) y protagonizada por Mark Hamill (Uno Rojo: División de Choque, 1980), Harrison Ford (La Conversación, 1974), Carrie Fisher (Shampoo, 1975), Peter Cushing (La maldición de Frankenstein, 1957) y Sir Alec Guinness (El puente sobre el Río Kwai, 1957). La película tiene muy buen ritmo, con hartas escenas de acción: duelos con espadas láser (o sables de luz), disparos contra soldados enemigos, peleas en una cantina (emulando a los westerns), y por supuesto batallas de naves espaciales que bien podrían recordarnos a las batallas aéreas de las películas sobre la I y la II Guerra Mundial. También posee una cuota de humor importante, aportada principalmente por los dos androides, que son como plebeyos (toda la historia se relata desde la perspectiva de estos androides, recurso inspirado en Shichinin no Samurai o Los Siete Samurai, 1954 de Akira Kurosawa), y secundariamente por el personaje del contrabandista Han Solo. Los diálogos pueden en ocasiones ser hasta un poco ridículos, pero creo que son parte del “tono” de la película y sumando todo contribuyen a ésta, como también al humor y además se pueden sacar frases célebres como “que la Fuerza te acompañe” o “ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”.
La mayoría de los personajes corresponden a arquetipos bastante utilizados, pero no por eso poco vigentes. El protagonista, Luke Skywalker, sigue el camino del héroe (inspirado en el libro El héroe de las Mil Caras de Joseph Campbell), transformándose de un simple granjero, a uno de los líderes de la rebelión contra el Imperio; con un mentor (Obi-Wan) que lo guía, pero que luego lo debe abandonar para que continúe solo su camino, pasando por varias penurias y dudas hasta finalmente poder rescatar a la princesa y posteriormente destruir el arma más poderosa del Imperio Galáctico (cuando Lucas completa la primera trilogía, nos damos cuenta de que el verdadero camino del héroe lo cruza a lo largo de las tres películas). El villano, Darth Vader, es un imponente y terrorífico Caballero Oscuro, vestido con una armadura negra y un casco que pasaría a ser un ícono del cine, y que es una mezcla entre un casco de samurai con el de un soldado alemán de la II Guerra Mundial. Su respiración es otra de sus “marcas registradas”, el sólo escuchar ese sonido artificial pone los pelos de punta del espectador, y genera la cuota de duda de si este “malo” es verdaderamente una persona o un robot. Además se sabe gracias a Obi-Wan Kenobi, el viejo ermitaño y antiguo Caballero Jedi, que Darth Vader a pesar de ser una gran representación del mal, no siempre fue malo, sino un héroe caído que “traicionó y mató” al padre de Luke, lo que lo hace un personaje aun más interesante. Otro ingrediente importante en la obra es la “Fuerza”, una energía omnipresente, que le agrega el toque místico y religioso, pero no basado en una religión terrestre en particular, sino mezclando características de varias. 

La estética es otro de los aspectos destacables en la película, ya que a pesar de presentarnos un mundo moderno y muy futurista para nuestros tiempos, Lucas logra que todo se vea viejo y con “mucho uso”. Los vestuarios utilizados también nos evocan a algo antiguo: túnicas similares a las de los monjes, una princesa en un blanco virginal, Han Solo como un vaquero espacial y armaduras, tanto en Vader como en sus soldados. Por último los colores utilizados también son intencionales: en el caso del Imperio todo es blanco y negro, artificial, mientras que los héroes tienen escenarios naturales con tonos café (la granja de Luke y la casa de Obi-Wan, ambas en el desierto) y verde (la base rebelde). Finalmente no puedo dejar de mencionar a la banda sonora compuesta por John Williams, que acompaña fielmente cada escena de la película y que se convertiría en una de las más reconocidas del cine.

En resumen es una tremenda película que se ganó su sitial en la historia del cine, y aunque los miembros de la Academia no lo reconocieron en su momento, el público, que al final de cuenta es lo más importante, definitivamente sí lo hizo, gracias George Lucas!


2 trailers de 1977


Trailer de la “edición especial” de 1997

viernes, 27 de enero de 2012

Por unos dólares más




“Donde la vida no tenía valor, la muerte, a veces, tenía su precio. Por eso aparecieron los cazadores de recompensas.”



Con ese epígrafe comienza Por unos dólares más -La muerte tenía un precio en España- en la cual “el hombre sin nombre” está de regreso en el Viejo Oeste, esta vez como un cazarrecompensas que se dedica a cazar forajidos con altos precios sobre sus cabezas. Cuando aparece un enorme precio por la cabeza del terrible bandido “El Indio”, “el hombre sin nombre”, que aquí lo conocen simplemente como “Manco”, deberá competir con otro cazarrecompensas, el coronel Douglas Mortimer, para dar primero con su presa y así llevarse el ansiado premio en billetes verdes.

Título Original Per qualche dollaro in più 
1965 - Italia/España/Alemania (RFA) - 132 min. - Spaguetti Western
Dirección Sergio Leone  Guión Luciano Vincenzoni y Sergio Leone. Escenario de Sergio Leone y Fulvio Morsella  Cinematografía Massimo Dallamano Montaje Eugenio Alabiso y Giorgio Serrallonga  Música Ennio Morricone 
Producción Alberto Grimaldi y Arturo González para PRODUZIONI EUROPEE ASSOCIATI (PEA), ARTURO GONZÁLEZ PRODUCCIONES CINEMATOGRÁFICAS Y CONSTANTIN FILM PRODUKTION.
Reparto Clint Eastwood, Lee van Cleef, Gian Maria Volonté, Mario Brega, Mara Krupp, Luigi Pistilli, Aldo Sambrell, Klaus Kinski, Joseph Egger y Panos Papadopulos

Protagonizada por Clint Eastwood (Los imperdonables, 1992), Lee van Cleef (El halcón y la presa, 1966) y Gian Maria Volonté (Por un puñado de dólares, 1964) y dirigida por Sergio Leone (El Bueno, el Malo y el Feo, 1966), Por unos dólares más es para mi gusto, la mejor de las llamadas películas de la “trilogía del dólar”. Con sólidas actuaciones de los tres protagonistas, Leone dirige esta pieza con harta dosis de acción, pero tomándose los tiempos necesarios, para mostrar detalles que pueden parecer inútiles, pero que personalmente los agradezco. Esos tiempos que se toma, sin duda que contribuyen para generar tensión y expectativa, por ejemplo en los duelos, en el asalto de un banco, en si se traicionarán o no lo personajes, o serán descubiertos cuando tratan de engañar a otros.

Ennio Morricone vuelve a colaborar con Leone, superándose con respecto a Por un puñado de dólares, con la memorable música del reloj, La resa dei conti. La puesta en escena, los vestuarios y la fotografía, continúan el buen trabajo logrado en la entrega anterior.

Tal como señala el epígrafe, en este mundo “recreado” por Leone el bien y el mal son relativos, siendo otros los motivos que mueven a los personajes, como la codicia, el deseo de venganza o la locura y desprecio por la vida como el que manifiesta el personaje de “El Indio”, mezclados con un toque de sentimiento de culpa y melancolía por la pérdida de un amor. El bien y el mal no importan; vale más un saco de billetes, que la vida de una persona; vale más demostrarles a los demás de que soy el mejor -por ejemplo el mejor ladrón-, que las víctimas que pueden quedar en mi camino (algo sí como daño colateral); vale más el honor, el orgullo y la venganza, que la vida del que me causó daño, sin tener intención alguna de “llevarlo ante la justicia”. La vida era dura en esa época, y así sobrevivían, “nuestro héroes”, y es esto mismo lo que hace tan atractiva esta cinta.

Una película muy entretenida para grandes y chicos, con escenas notables como la del coronel en la cantina o “saloon” cuando enciende un fósforo con los secuaces de “El Indio”, o el primer encuentro entre el coronel y “el hombre sin nombre”, y por supuesto el duelo final acompañada por la música del reloj. Posee acción, aventuras y también algo de humor. Les aseguro que después de verla, tendrán unas ganas incontenibles de vestirse de vaquero, montar un caballo y buscar algún “bandido” con quien batirse a duelo.

Trailer

miércoles, 25 de enero de 2012

Se Arrienda

“El pasado es como un país extranjero; allí hacen las cosas de otro modo” -L.P. Hartley-



Título Original Se Arrienda 
2005 - Chile - 108 min. - Drama
Dirección Alberto Fuguet  Guión Alberto Fuguet y Francisco Ortega  Cinematografía Jorge González  Montaje Teresa Viera-Gallo  Música Cristián Heyne y Andrés Valdivia 
Producción Luigi Araneda para CINÉPATA, GOA, EL ASOMBRO Y LASTARRIA 90.
Reparto Luciano Cruz-Coke, Francisca Lewin, Felipe Braun, Benjamín Vicuña, Jaime Vadell, Nicolás Saavedra, Ignacia Allamand, Cristóbal Gumucio, Diego Casanueva y Maité Pascal.





Gastón Fernández es un estudiante de música que tiene todo por delante, una promisoria carrera y un montón de sueños por cumplir en su vida, tanto profesional como personalmente. Sin embargo quince años después, regresa a Chile tras haber estado en EEUU perfeccionándose, y se da cuenta de que esos sueños que tenía no los cumplió, y actualmente se encuentra sin trabajo, sin ganas de componer y vacío por dentro; en el fondo frustrado por el éxito que nunca alcanzó -a diferencia de algunos de sus amigos-.

Este es el primer largometraje del escritor y cineasta Alberto Fuguet (Velódromo, 2009), quien nos entrega una simple, pero excelente historia, en la que personalmente me sentí identificado varias veces a lo largo de la cinta, ya que el protagonista estudia y sueña con convertirse en un gran músico, un “rockstar” si ustedes quieren, o al menos un gran compositor (incluido de bandas sonoras de películas), pero que las vueltas de la vida se lo impiden y se encuentra ahora en un estado de desencanto por la vida, quizás con una crisis vocacional y forzado a trabajar en algo “que no es lo suyo” como en este caso, corredor de propiedades para la empresa de su padre. Su único gran éxito fue en su época de universitario: la composición de la banda sonora de una película independiente de un amigo suyo: “Las Hormigas Asesinas”, película y música que le “penarán” durante toda la cinta con breves “flashes” de ésta, muy bien intercalados con lo que le está ocurriendo a Gabriel.

Con excelentes actuaciones de Luciano Cruz-Coke (Gente Decente, 2004), Ignacia Allamand (Qué pena tu vida, 2010), y una ingenua y jovial Francisca Lewin (Teresa, 2009), la cinta tiene momentos muy bien logrados, como las introspecciones de Gabriel como parte del camino para reencontrarse consigo mismo, como cuando viaja en micro o en el auto sin ponerle mucha atención a lo que le dice su padre. Pero por otra parte si bien se agradecen los largos tiempos ya mencionados de estos viajes, creo que se abusa del tiempo otras ocasiones como cuando muestra cada una de las casas, tratando de contar las historias o las intensiones de los posibles arrendatarios, que realmente no aportan a la historia, sino más bien la dilatan, aunque sea gracias a esto, que el protagonista comienza a encontrar su rumbo. Además hay momentos en que, para mi gusto, la cinta tiene exceso de diálogos, especialmente al comienzo, en la etapa universitaria, donde algunos personajes intentan plantear “discursos pseudo-intelectualoides”, pero está bien, supongo que es el tono de la película. Pero sin duda, uno de los grandes aciertos, es el ritmo, la ambientación, la fotografía y la música que todos, en conjunto, contribuyen a transmitir el animo depresivo del protagonista.

Una película más que recomendable y de las mejores películas chilenas que he visto, con un mensaje -al menos así lo interpreté yo- en que no importa cuán terrible haya sido tu pasado, siempre habrá alguien con uno peor, y no importa lo que te hayas propuesto entonces, lo que importa es lo que harás desde ahora. Siempre se puede partir de nuevo, siempre que nos caemos, podemos volver a levantarnos, y creo que es un mensaje muy valioso, al igual que esta cinta... AGUANTE CINE CHILENO!!!

Para los que viven fuera de Chile, pueden ver esta película en el sitio web de la productora Cinépata; está “legalmente” en internet para que todo el mundo pueda verlo gratis, disfruten:

http://www.cinepata.com/peliculas/se-arrienda/

Trailer

martes, 24 de enero de 2012

Por un Puñado de Dólares


Título Original Per un pugno di dollari 

1964 - Italia/Alemania (RFA)/España - 99 min. - Spaguetti Western
Dirección Sergio Leone  Guión Víctor Andrés Catena, Jaime Comas y Sergio Leone. Historia de A. Bonzzoni, Víctor Andrés Catena y Sergio Leone  Cinematografía Massimo Dallamano y Federico G. Larraya  Montaje Roberto Cinquini y Alfonso Santacana  Música Ennio Morricone 
Producción Arrigo Colombo y Giorgio Papi para JOLLY FILM, CONSTANTIN FILM PRODUKTION Y OCEAN FILMS.
Reparto Clint Eastwood, Marianne Koch, Gian Maria Volonté, Wolfgang Lukschy, Sieghardt Rupp, Joseph Egger, Antonio Prieto y José Calvo.



La película de la que hablaremos hoy tiene una particularidad muy especial, pues es la primera (de muchas) de lo que se convertiría en un nuevo género (o sub-género dependiendo del punto de vista) de películas: los spaguetti western. Algunos de ustedes se preguntarán ¿qué son los spaguetti western?, ¿vaqueros que comían pastas??? Por supuesto que no, pero como su nombre lo indica son “westerns” o películas sobre el viejo y salvaje oeste norteamericano, en general ambientadas en el siglo XIX, y por supuesto protagonizadas por los ya legendarios vaqueros. ¿Y por qué el nombre spaguetti? Se les puso ese nombre porque la mayoría de estas películas fueron realizadas por directores, productores e incluso algunos actores de origen italiano, encabezados por el gran maestro Sergio Leone (Érase una vez en el Oeste, 1968).

Por supuesto que ustedes dirán “¿y esa es la diferencia?!!! ¿es un género nuevo de películas, sólo porque cambia la nacionalidad de los realizadores???!!!” De ninguna manera, esa es sólo la explicación del nombre, pero he aquí lo interesante y revolucionario, si ustedes quieren, de los spaguetti western. Desde que aparecieron las primeras películas sobre vaqueros, pasando por su era dorada en las décadas de los cuarenta y cincuenta, y hasta la primera mitad de la década de los sesenta, los western consistían en aventuras de vaqueros, generalmente durante el período de la colonización del oeste de la creciente nación de los Estados Unidos, en las que los indios eran los “malos” y los vaqueros, todos blancos, eran “los buenos”. Además estos vaqueros eran personas correctas, de una moral intachable y todos sus actos, incluso sus matanzas, estaban amparadas por la ley y/o se justificaban por el bien de la patria o a lo sumo, por motivos nobles.

Como se imaginarán después de varias décadas viendo el mismo tipo de historias, esas grandes producciones como las dirigidas por John Ford (La diligencia, 1939) y protagonizadas por el cabroncísimo John Wayne (El Álamo, 1960), cayeron en una decadencia. Hasta que el señor Sergio Leone se le ocurrió hacer una historia, y de paso crear un sub-género, en la que los protagonistas no son tan buenos, ni su moral es tan clara, ni sus intensiones son tan patrióticas, pero sí más bien egoístas. ¡Esa es la verdadera gracia de los spaguetti western! Nos presenta personajes que no representan el arquetipo de los vaqueros buenos, sino unos más reales, con ambiciones propias, que anteponen su codicia o su pellejo por sobre lo que podría considerarse como moralmente bueno. La estética también influye en esta nueva concepción de personajes. En los western todo se veía más limpio, nítido, con pueblos llenos de gente, mientras que en los spaguetti western, los personajes se presentan como tipos sucios, duros y los escenarios, hostiles, con pueblos prácticamente abandonados, roñosos y agrestes. Por supuesto que en estas películas ya no funciona la fórmula de blancos contra indios, sino que ahora los “buenos” pueden ser de origen gringo o hispano y los “malos”... también pueden ser de origen gringo o hispano.

Pero vamos a la película en cuestión. Por un puñado de dólares, no sólo es la película con la que Sergio Leone se haría conocido mundialmente, sino también es la película con la que hasta un entonces desconocido actor llamado Clint Eastwood (Harry el sucio, 1971), saltaría a la fama por todo el orbe, con su personaje de “el hombre sin nombre”. Cuenta también con las actuaciones de Gian Maria Volonté (Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha, 1970) y Marianne Kock (Clint el solitario, 1967).

A modo de sinopsis, “el hombre sin nombre” llega a un pueblo “perdido” en el viejo oeste, presumiblemente en la frontera con México, el cual es controlado por dos familias: los hermanos Rojo y el clan Baxter, algo así como dos familias mafiosas que se disputan el territorio, y que tienen a todo el pueblo sumido en un régimen del terror por sus disputas y por el poder que ejercen. “El hombre sin nombre”, ajeno a todo esto, se meterá en un peligroso juego, tratando con ambas familias, sin que una se entere de que está al mismo tiempo en contacto con la otra, para obtener sus propias ganancias en esta disputa por el poder del pueblo de San Miguel.

La película es muy entretenida y te mantiene “enganchado” en sus cien minutos de duración, pues el protagonista, se va metiendo en una situación cada vez más complicada y la posibilidad de que sea descubierto es cada vez mayor. La tensión y la acción van aumentando durante la cinta hasta llegar al duelo final, muy atractivo y vertiginoso, cuyo “recurso” sería replicado años más tarde, me imagino a modo de homenaje, en Volver al Futuro parte III (1990). Ya en este duelo, se empieza a utilizar la técnica de los planos cada vez más cerrado, que a mi juicio llega a su máxima expresión en el duelo final de El Bueno, el Malo y el Feo (1966).

La música contribuye en cada escena de la cinta, e incluso “se roba la película” con algunas piezas, con un estilo único a cargo de Ennio Morricone, el cual se transformaría en su sello, y que posteriormente replicaría en otras películas del género, varias en colaboración con Leone. La estética hace lo suyo, no sólo el roñoso y desértico pueblo, sino el “look” de los personajes, sucios, mal afeitados, con cigarros retorcidos en la boca, le dan ese aire de “cabrones” y refleja toda esa idea de que en el viejo oeste, los más fuertes sobreviven.

Una gran película y no la única de Leone en el género, ya que ésta sería la primera de la que posteriormente se conocería como la “trilogía del dólar”.

Trailer en italiano


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